Dimensiones

A partir de una visión integral de la ciudad y considerando los 10 Objetivos Estratégicos de la Agenda Urbana Española, se disponen 10 dimensiones de relevancia que permiten organizar un diagnóstico amplio y equilibrado. Estas dimensiones conforman un punto de partida organizativo y de carácter holístico, que posibilita un acercamiento amplio y situado de la realidad urbana de Sevilla y que da cuenta de los nodos estratégicos sobre los que se piensa a la ciudad.

1. Ordenación del territorio

La ordenación del territorio tiene entre sus objetivos establecer un uso racional del suelo de forma coordinada, equilibrada y compatible. La acción humana incide sobre los usos del suelo y se vincula de forma directa con la formación de las ciudades, la vida urbana y su expansión en el territorio. En ocasiones la vida rural se ve afectada por el desarrollo y esparcimiento de los modelos urbanos por lo que se establece la necesidad de una regulación de usos que vele por la sostenibilidad, protección y conservación del territorio. A través de esta dimensión, se debe hacer efectiva la planificación territorial y urbanística junto con la coordinación y desarrollo de políticas públicas del área metropolitana de Sevilla, persiguiendo un uso racional de suelo, su conservación y su protección.

2. Organización urbana

En Sevilla, la organización urbana adquiere una gran relevancia para la transformación de la ciudad. Allí radica un enorme potencial de la ciudad para impulsar proyectos de regeneración urbana sostenibles e integrales que permitan reducir las desigualdades, generar oportunidades de empleo y promover la rehabilitación edificatoria e industrial, entre otros aspectos. Del mismo modo, es fundamental para el desarrollo de la ciudad fortalecer los espacios y equipamientos públicos que contribuyen al bienestar de la ciudadanía y favorezcan la convivencia entre la vecindad, como son los espacios verdes y los centros educativos, de salud y polideportivos.

3. Cambio climático y resiliencia

El cambio climático, como reto al que se enfrenta la humanidad, se ha ido priorizando desde hace ya varias décadas, ya que, los efectos que de él se derivan y las consecuencias dañinas que se preveen, van en aumento a una velocidad alarmante. En esta línea, la ciudad de Sevilla se plantea reducir la vulnerabilidad de sus sistemas social, económico y natural, incidiendo en la creación de una ciudad cada vez más sostenible y mejor adaptada al cambio climático, pasando por la apuesta por la producción de energías renovables y el autoabastecimiento de la ciudad en la medida de lo posible; la construcción y reacondicionamiento de infraestructuras bioclimáticas; la creación de espacios verdes y la mejora del mantenimiento de los ya existentes; y el cumplimiento de los principios de la economía circular.

4. Economía circular

El cambio en el modelo energético es una de las claves fundamentales para alcanzar la sostenibilidad de las ciudades y debe estar acompañado por el impulso de la economía circular. Esto es, un modelo de gestión integral que permita jerarquizar residuos, para su prevención, reducción, reutilización y reciclaje. En el contexto de cambio climático mundial, y en la ciudad de Sevilla en particular, la economía circular y la gestión eficiente de los recursos es un elemento prioritario. En este sentido la ciudad dispone de elementos públicos para desarrollar esta estrategia entre los que se encuentra la propia participación de la Corporación de Empresas Municipales de Sevilla (CEMS).

5. Movilidad sostenible

La movilidad, entendida como el conjunto de desplazamientos en un espacio a través de diferentes medios de transporte, constituye un elemento clave en las políticas urbanas. Se convierte en una preocupación compartida por muchas ciudades debido al crecimiento de las mismas y a la complejidad de los usos del suelo. Para el conjunto de los habitantes es imprescindible la acción de desplazarse para atender a las diferentes actividades, necesidades y servicios que ofrece la ciudad. Por ello, Sevilla se plantea la promoción de medios de transportes no motorizados, a pie o bicicleta, incorporando carriles para tales modos. Igualmente muestra su preocupación por la sensibilidad hacia el entorno haciendo un uso racional del espacio y aplicando políticas que revierte de una forma directa en la calidad de vida de la ciudadanía y favorecen la imagen de la ciudad.

6. Cohesión y equidad social

Históricamente, las urbes, gracias a su enorme densidad de población y a la diversidad de personas y actividades que en ellas se desarrollan, han sido y siguen siendo representadas como nodos económicos, de innovación y de conocimiento. Son espacios en los que, las relaciones sociales y de poder se han construido dando como resultado una organización social que, en la mayoría de las ocasiones, ha generado conflictos y enfrentamientos. Como en el resto de ciudades, el hábitat urbano en Sevilla es clave en la integración y el progreso económico y social. Por ello, desde la Agenda Urbana de Sevilla, se propone una regeneración urbana integrada que considere la cohesión social, la equidad y la igualdad de oportunidades como metas prioritarias.

7. Economía urbana

La dimensión económica se encuentra estrechamente vinculada con la consecución simultánea del resto de las dimensiones establecidas. De modo transversal, la sostenibilidad económica y una adecuada gestión de los recursos urbanos permite integrar y desarrollar los factores más relevantes como la calidad de vida, la vivienda, la movilidad y la accesibilidad de toda la población a los bienes y servicios. Sevilla tiene un potencial económico aún por desarrollar. La ampliación y modernización del tejido productivo basado en recursos locales, el desarrollo de los motores económicos como la cultura y el turismo sostenible, y la implementación de políticas activas de empleo, son algunos de los factores claves y prioritarios para la ciudad.

8. Vivienda

La dimensión referida a vivienda se fundamenta, especialmente, en el principio constitucional del derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Entre las diferentes metas a alcanzar, se encuentra la de satisfacer las necesidades de la sociedad ajustando la oferta y diversificando los programas de vivienda pública. En este contexto, Sevilla cuenta con un Plan Municipal de Vivienda, Suelo y Rehabilitación con el que abordar las actuaciones en la ciudad en materia de vivienda. A través de este tipo de herramientas, se pretende facilitar el acceso a una vivienda digna y adecuada, asequible y suficiente, que satisfaga las necesidades sociales y evite la vulnerabilidad urbana y residencial además de fomentar la calidad de la edificación y el medioambiente urbano.

9. Innovación digital

Los procesos tecnológicos se han convertido en el motor de cambio de la sociedad y de la economía durante los últimos años a un ritmo muy acelerado. La Era Digital ha traído consigo la creación de una red en la que todos los actores están interconectados de manera inmediata y desde cualquier punto del planeta. Sevilla tiene en el centro de su estrategia de Smart city al conjunto de la ciudadanía, por tanto su abordaje en esta temática se da desde el concepto de Sevilla Smart Community, que aspira a facilitar el día a día de la ciudadanía con la digitalización de servicios básicos y la conexión con la realidad de la ciudad a través de portales abiertos. De igual modo, la ciudad tiene por delante el desarrollo de su estrategia digital municipal que continúe actualizando y modernizando la administración local, sus procedimientos y el acceso a la información.

10. Gobernanza

Es un elemento común que el diseño e implementación de las políticas urbanas en el nuevo contexto ha de pasar necesariamente por el planteamiento de los problemas desde un enfoque holístico. Es decir, que tanto los problemas como las soluciones que se diseñen para las ciudades atiendan a la realidad en todas sus dimensiones: económica, social, física o ambiental. En consecuencia, las administraciones públicas, para responder a la diversidad y complejidad de los Retos que se les plantean a las ciudades, precisan, en primer lugar, establecer redes de colaboración y coordinación entre diferentes actores a través de objetivos comunes, que permitan abarcar con mayor eficiencia los diferentes aspectos sobre los que se quiere influir.